El pastel de arándanos con crumble de almendras es un postre que combina la frescura de los arándanos con la textura crujiente y deliciosa de una cobertura hecha a base de almendras y azúcar. Es perfecto para cualquier ocasión, ya sea una reunión familiar, una merienda con amigos o simplemente cuando quieras disfrutar de un postre casero.
Este pastel tiene varias capas de sabor que lo hacen especial: una base suave y esponjosa, el toque ácido y dulce de los arándanos frescos, y la cubierta crujiente de almendras que le da una textura única. A continuación, te explicamos paso a paso cómo prepararlo.
Para la masa del pastel:
Para el relleno de arándanos:
Para la cobertura de crumble de almendras:
Precalienta el horno a 180°C. Engrasa un molde para pasteles redondo (preferiblemente de unos 22 cm de diámetro) y, si lo prefieres, cubre el fondo con papel de horno para facilitar el desmolde.
En un bol grande, bate la mantequilla con el azúcar hasta que obtengas una mezcla cremosa y suave. Esto puede tardar unos 3-5 minutos. Luego, agrega los huevos uno a uno, batiendo bien después de cada adición. Añade el extracto de vainilla y mezcla bien.
En otro bol, tamiza la harina junto con el polvo de hornear y la pizca de sal. Añade esta mezcla de ingredientes secos poco a poco a la mezcla de mantequilla, alternando con la leche, y mezcla con movimientos envolventes. Asegúrate de no batir en exceso, solo hasta que los ingredientes estén bien integrados.
Cuando la masa esté lista, viértela en el molde preparado y distribúyela de manera uniforme con una espátula.
En un bol mediano, mezcla los arándanos con el azúcar y el jugo de limón. Si estás utilizando arándanos congelados, no es necesario descongelarlos antes de usarlos. Simplemente mezcla todo bien para que los arándanos queden cubiertos de azúcar y jugo.
Distribuye los arándanos sobre la masa del pastel de manera uniforme. Los jugos naturales de los arándanos se mezclarán con la masa durante la cocción, creando un delicioso contraste de sabores y texturas.
En otro bol, mezcla la harina con el azúcar y la canela (si la estás utilizando). Añade la mantequilla fría cortada en cubitos y, con las manos o un tenedor, desmenuza la mezcla hasta que obtengas una textura similar a migas gruesas.
Añade las almendras laminadas a la mezcla del crumble y revuelve suavemente. Esta cobertura le dará al pastel un toque crujiente y un sabor tostado gracias a las almendras.
Esparce la mezcla de crumble de almendras sobre los arándanos, cubriendo todo el pastel de manera uniforme.
Lleva el pastel al horno precalentado y hornea durante 40-45 minutos, o hasta que la parte superior esté dorada y al insertar un palillo en el centro del pastel, éste salga limpio. Si notas que el crumble se dora demasiado rápido, puedes cubrir el pastel con papel de aluminio para evitar que se queme.
Una vez que el pastel esté listo, retíralo del horno y déjalo enfriar en el molde durante unos 10-15 minutos. Después de este tiempo, desmóldalo con cuidado y déjalo enfriar completamente sobre una rejilla.
Este pastel se puede disfrutar tanto tibio como a temperatura ambiente. Puedes servirlo tal cual o acompañarlo con una bola de helado o un poco de crema batida para hacer la experiencia aún más deliciosa.
Selecciona buenos arándanos: Si usas arándanos frescos, asegúrate de que estén en buen estado, sin manchas o magulladuras. Si prefieres arándanos congelados, no es necesario descongelarlos antes de usarlos, pero puedes espolvorearlos ligeramente con un poco de harina para evitar que suelten demasiado jugo.
Cuidado con la mantequilla del crumble: La clave para un buen crumble es que la mantequilla esté bien fría al momento de incorporarla. Esto garantizará que obtengas una textura crujiente al hornear.
Ajusta la dulzura: Si prefieres un pastel menos dulce, puedes reducir la cantidad de azúcar tanto en la masa como en el crumble. Del mismo modo, si los arándanos están muy ácidos, puedes añadir un poco más de azúcar al relleno.
Varía las frutas: Aunque esta receta es con arándanos, puedes experimentar con otras frutas como fresas, frambuesas o incluso una mezcla de frutas del bosque para variar los sabores.
El pastel de arándanos con crumble de almendras es un postre casero que combina lo mejor de los sabores y las texturas. Su preparación es sencilla y no requiere de ingredientes difíciles de encontrar, lo que lo convierte en una excelente opción para cualquier ocasión. Cada bocado ofrece la suavidad de la masa, la frescura de los arándanos y el crujido de la almendra, creando una experiencia única y deliciosa.
Ahora que conoces todos los pasos, ¡es el momento de ponerse manos a la obra y preparar este delicioso pastel!
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